miércoles, 17 de diciembre de 2014

Mi experiencia brasileña PARTE 1

Conocer, experimentar, sufrir, disfrutar, reír, llorar, luchar, caer, crecer, aprender y sobre todo, aprehender. Es la montaña rusa propia de una persona que abandona el cómodo nido donde creció para poner a prueba sus límites en otro país, con otra cultura, otra lengua y otra gente. Afloran los miedos más ocultos, florecen las virtudes más fuertes y aquellas que no tenías, son obligadas a aparecer para superar los obstáculos de la incertidumbre y la inseguridad.
En el momento que tienes que comprimir toda tu vida en dos maletas de 20 kg como máximo, en el instante en que te das cuenta que la primera dura batalla es conseguir arreglar los papeles que te permitan estar en un país extracomunitario, cuando comprendes que no verás a tu familia ni a tus amigos durante un año, en el minuto en que sabes que abandonarás tu zona de conforto para agitar tus emociones, en ese momento sabes que no serás la misma persona cuando regreses doce meses después.
Las suelas se desgastan permitiendo entrever los km que llevas a tus espaldas, dejando atrás historias que pudieron ser y viviendo cuentos imposibles inimaginables hace no más de 10 meses atrás. En un año creces tanto que sabes que volverás con la sensación de haber pasado 5 años en el periodo de 12 meses.
La decisión de marchar fue espontánea, consultada como siempre con mi fiel amiga la almohada. Era un nuevo reto, una nueva aventura, una experiencia que todo el mundo que ya vivió describe como increíble y era por encima de todo, una oportunidad para llenar los vacíos, construir lo derrumbado, conocer lo desconocido y seguir cimentando la historia de mi vida.

Empezaba entonces el camino para poder cumplir ese sueño y comenzaba la pelea para conseguirlo. Pero tras noches de angustia, días a la carrera, viajes inesperados a muchos kilómetros, llamadas y más llamadas nacionales e internacionales, con los historiales de los navegadores de internet atestiguando todas las investigaciones, dudas y búsquedas de respuestas que nadie tenía, llegó el día que tocaba sonreír por tener en las manos la oportunidad de decir que sí. Sin dudarlo, mi firma impregnó en un papel mi compromiso a vivir esa evolución.
Acercándose el siempre especial 24 de julio, fecha en la que partiría, las maletas ya rugen sabiendo lo que les espera. Abrir y cerrar mil y una veces para meter una cosa más que se nos había olvidado, sentarnos encima para conseguir cerrarlas, llenarlas hasta que la cremallera amenace con salir disparada y destrozar todo lo que se encuentre en su camino, probar una y otra vez el manillar, las ruedas… y por si fuera poco sufrimiento, cubrirlas con doscientas vueltas de filme de plástico para amortiguar el trajín de viaje que tienen por delante. Exactamente, 42 horas, dos escalas, 5 aeropuertos y 12600 km. Historias en los aeropuertos podría llenar varias entradas del blog, pero no quiero hacer esto eterno.
Entonces empezaré por fin a resumir estos 4 cortos y a veces largos meses en el país gaúcho (una vez lo denominé país carioca y nada más lejos de la realidad…). ¿Y por qué gaúcho? ¿Qué es eso? Es la definición de lo que me encontré en este rincón al sur de Brasil: una cultura y una forma de vivir propia, y extremadamente diferente a toda la fama que acompaña al país de la samba y el carnaval. Estereotipos, merecidos o no, que resultan inevitables.
La realidad que se vive en este estado, muy lejos de la realidad brasileña, está llena de oportunidades de trabajo y personas que llevan a rajatabla lo de vivir para trabajar como su filosofía de vida; así como una región carente de aquellos tópicos característicos del país que ganaron fama a través de la región “Sudeste”: Rio de Janeiro y São Paulo.
Una pequeña lista de cosas que, en mi opinión y corta experiencia, NO es el sur de Brasil:
  1. Solo se baila samba: la samba, patrimonio cultural nacional, es un baile característico del sudeste y nordeste del país, pero en el sur la cultura es muy diferente, siendo el baile gaúcho (chamamé, milonga, vaneirinha, rancheira…) su expresión más particular.
  2. El carnaval es lo más importante: si bien es cierto que en Rio de Janeiro es el evento del año sin duda, aquí en el sur apenas es celebrado. Solamente alguna ciudad turística hacen algún tipo de fiesta, pero nada comparado al gigante carioca.
  3. Es un país de tercer mundo: los propios brasileños se crean esta fama. Ellos defienden esta teoría, para mi equivocada, debido a los puntos que todavía necesitan un gran desarrollo e impulso como son la ingeniería civil, la seguridad, el nivel de educación y la estructura político/económica. Con esto último me estoy refiriendo a la balanza tan descompensada de riquezas que tiene el país frente a los lucros que le llegan a los ciudadanos. El país con la mayor reserva de agua dulce del mundo, con un tercio de la selva tropical del mundo, con la mayor riqueza de flora y fauna del mundo, entre los primeros 20 países con mayores reservas de petróleo… y sin embargo con mucho, mucho camino por andar y desenvolver. ¿Malas gestiones, corrupción, cultura…? Varios ingredientes que afectan directamente a esa visión tercermundista, la cual repito, yo no tengo.
  4. Todo son playas: si vives en Caxias do Sul, ir a la playa es toda una aventura y odisea!! Me recuerda a aquellos viajes que planeabas 5 días antes con los abuelos y preparabas toda una mudanza digna de estudio… Brasil tiene mucho litoral, pero tiene mucho más interior. Las playas, según personas de la zona, empiezan a merecer la pena desde el estado de Santa Catarina hacia arriba, pues el estado de Rio Grande do Sul son frías y sucias. Aun así, aún no he tenido la oportunidad de ir.

Y ahora las cosas típicas del Estado de Rio Grande do Sul:
  1. Churrasco: que hay una boda? Churrasco. Que hay una cena con amigos? Churrasco. Que hay un cumpleaños? Churrasco. Que hay que celebrar algo? Churrasco. Que es domingo? Churrasco!!! Creo que ha quedado claro. La forma de prepararlo es siempre en espeto y a la brasa. Es un arte, una tradición y algo que todo gaúcho tiene la obligación de saber hacer y adorar. Con más tiempo lo explico mejor.
  2. Chimarrão: un té hecho a base de hierba mate. Sin azúcar. A la tercera vez que lo bebí, empezó a gustarme.
  3. Bailes gauchos: bailes tradicionalistas, muy alejados del sertanejo universitario o de la samba. Aquí va un ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=Zh-6cviyQOw
  4. Trabajo: región con más trabajo, más industrializada junto con São Paulo; también explicaré esto con más detalle.
  5. Independencia: los gauchos tienen un fuerte sentimiento de independencia por diferencia de cultura, trabajo e incluso casi idioma con el resto de Brasil. El himno del Estado, que recuerda el intento de independencia del año 1835,  no puede faltar en ninguna fiesta gaucha:

Siguiendo con las listas, nombro brevemente algunas de las pequeñas curiosidades que me he encontrado y se me vienen ahora a la cabeza:
  1. Comen habitualmente corazón de pollo y de buey.
  2. Todo el mundo, desde personas de 15 años hasta personas de 45, lleva o ha llevado aparato dental alguna vez.
  3. Las tres cosas que son mucho más baratas que España Luz, agua y gasolina (tienen muchos coches que también funcionan con alcohol).
  4. Buen café: más barato que en España y de infinita mejor calidad.
  5. Hablando del idioma, el portugués ha sido más fácil de lo esperado, salvo que aquí las cosas no se “cogen” (“amarran” para países latinos) sino que se “pegam”; un bolsillo es un bolso, un bolso es una bolsa y una bolsa es una sacola. Una guitarra española es un violão y un violín es un violino; un pastel es una empanadilla y una torta es una tarta; una corrida es una carrera y una… bueno no sigo. Creo que os imagináis la cantidad de malos entendidos que he podido tener no? Lo peor, las portuñoladas que se han impregnado en mi vocabulario haciendo un batiburrillo cada vez que hablo en cualquiera de los dos idiomas… total, que en vez de salir de Brasil con un idioma más, he desaprendido el español y he inventado un nuevo portugués.
  6. Otra cosa a destacar, es que aquí todo es grande: el tamaño de un país en Europa es el tamaño de un estado aquí, el tamaño de un lagarto en España es algo así como la punta de la cola de un lagarto brasileño… de hecho estoy segura de que la teoría de la extinción de los dinosaurios sigue vigente porque nadie ha visto estos especímenes. Las mariposas dejan de ser algo bonito que revolotea de vez en cuando por nuestras ventanas buscando libertad o que como dice Rosana, se asemejan a caricias en la piel, para ser a ser auténticos pajarracos enormes que invaden tu espacio vital allí por donde vas y siempre en manada. Si alguna de ellas te acaricia la piel, parecerá que ha pasado un tsunami por tu lado… Una hamburguesa de España sirve para alimentar un diente de un gaucho… aquí se llama Xis, las venden en cualquier esquina  y solo las podrás observar en la península ibérica si vas a un bar que presume de vender hamburguesas gigantes.

Me encantaría continuar explicando todo lo que he vivido hasta ahora, la primera experiencia laboral, cómo estructuran aquí las empresas, cuáles son las empresas más importantes, el escándalo que está sacudiendo al país por la debacle de su buque insignia: Petrobrás. Me encantaría hablar también de ciertas curiosidades, como que no están permitidos los coches a diésel, sólo camiones… pero lamentablemente, en una hora tomo rumbo hacia otro país para disfrutar de unas merecidas vacaciones y así dejo muchos temas interesantes para otras entradas.
Felices fiestas a todo el mundo!!