martes, 21 de mayo de 2013

Detrás de la marca

Hola de nuevo!! Por fin se ha acabado la primera tanda de exámenes y pronto viene otra, pero espero poder relanzar de nuevo este blog. 
Han pasado muchas cosas en estas dos semanas y estamos inmersos en uno de los mayores escándalos de este país esta semana con los famosos papelitos del señor B. También es de honorable mención el fugaz paso por la cárcel por parte de Blesa. Claro que hay pocas personas que hayan dado tanto la vuelta al mundo de boca en boca y telediario en telediario como la excelentísima infanta. En estos días he visto un documental sobre Jose Luis Sampedro que me ha puesto por momentos la piel de gallina. Otro reportaje que me ha puesto la piel de gallina pero por todo lo contrario, es un "delicioso" e "inocuo" alimento japonés conocido como Fuku o pez globo, que demuestra, entre otras cosas, hasta donde puede llegar el gilipollismo humano. Bueno, pues hoy no voy a hablar de nada de esto, aunque seguramente lo haga en los próximos días. 

Hoy voy a hablar, muy por encima de algo que muchas veces no vemos, no sale en la televisión ni en periódicos, pero que en la red sí se puede encontrar suficiente información. Como siempre mis entradas son cortas, algo escasas y concisas, pero así consigo no aburrir a la gente. 
El tema de hoy es la explotación que las grandes marcas alimentarias y de bebidas llevan a cabo en países tercermundistas.
Las grandes marcas alimentarias son 10 y a continuación tenéis una foto que muestra todas las submarcas que tienen.


Empezaré a estructurar esta entrada preguntando: ¿Cuál es la realidad a la que nos enfrentamos?
Pues debido a la falta de transparencia de todas estas compañías es difícil saber en qué punto nos encontramos exactamente. Hay miles de explotaciones donde los medios no llegan y la ignorancia de su existencia tapa muchas de las vergüenzas que dañarían seriamente a estas marcas. 
Lo cierto es que en el mundo existen 900 millones de personas con hambre crónica y 1.400 millones con sobrepeso. Hay algo que no cuadra. 
También es interesante que el 80% de esos 900 millones de personas que sufren hambre crónica son agricultores que dan de comer a esos 1.400 millones de personas con sobrepeso. No menos interesante es el dato de que la agricultura, que evidentemente es el primer eslabón de la cadena alimentaria humana junto con la ganadería, mantiene a 450 millones de agricultores asalariados y de ellos, el 60% viven en la más absoluta pobreza. 
Son muchos los datos con los que podría bombardear esta entrada, pero entonces nos olvidaríamos hasta del primero. 
La esencia de todo esto es recalcar la miseria y pobreza en la que viven millones de personas en tierras con múltiples recursos, trabajando sin parar para poder conseguir lo que ellos mismos recogen día a día: alimento. Sin ir más lejos, Nestle embotella agua  subterránea de gran valor cerca de pueblos que no tienen agua potable... Como este, miles de ejemplos que ponen a muy bajo nivel cualquier concepto de dignidad humana, esa de la que tanto hablaba Sampedro.
Otra realidad creciente es el cambio climático y la escasez de recursos. Cada vez es más difícil cultivar en un clima que se está calentando y echa a perder miles de cosechas año tras año, con tormentas que arrasan los campos y temperaturas que secan los cultivos. El agua potable cada vez es un bien más escaso y la tierra cada vez está más explotada, quedándose sin muchos de sus  minerales.
¿Cómo se inició toda esta industria alimentaria?
El inicio data del siglo XIX, cuando las técnicas de conservación (enlatado por ejemplo) y los avances en el transporte (como el ferrocarril) hicieron posible la transformación, procesamiento y distribución de alimentos a gran escala.
Los aspectos políticos de la época favorecieron la aparición de las grandes empresas alimentarias:gobiernos coloniales y los nuevos dictadores pusieron tierras y mano de obra gratuitas a disposición de las empresas, que así tenían garantizadas materias primas baratas y un coste de producción muy bajo.
Los consumidores europeos y norteamericanos eran grandes consumidores de productos de lujo como té, café o cacao haciendo crecer los beneficios de estas empresas. 
A principios del siglo XX crecieron productos como los chocolates Cadbury (ahora propiedad de Mondelez), el té Lipton (Unilever), los chicles de Wrigley’s (Mars) y el café Nescafé (Nestlé). Las colonias del Caribe y las haciendas cubanas producían enormes cantidades de azúcar para fabricar los caramelos que se consumían en Europa, mientras que el Imperio Británico consumía té procedente de la India y Sri Lanka.
A menudo, la privatización significaba que aquellos con más poder e influencia obtenían el acceso a las tierras, mientras que las personas menos acaudaladas (con frecuencia mujeres) perdían el control tanto de las propiedades comunitarias como de las privadas. Hoy en día los casos de expropiación o arrendamiento controvertido no se han desvanecido.  

¿Qué aspectos tienen que tener en cuenta las 10 grandes marcas?
El primero, como mencionamos antes, es la explotación de agricultores. Es la segunda fuente de trabajo en el mundo. Pagar salarios justos y garantizar salud laboral ayudaría a que millones de personas salgan de la pobreza y que mucha de esa explotación, que es infantil, desaparezca. Abajo pondré un link con un vídeo de 3 minutos donde habla un poco de esta situación y de como niños tienen que trabajar para que sus familias sobrevivan. La mano de obra barata ha sido un filón para las compañías para poder comercializar sus productos a un precio mucho más bajo. Los pequeños agricultores son a menudo poco valorados y son los que tratan mejor las tierras, con menos productos químicos y los que contribuyen al desarrollo rural.
Otro aspecto también mencionado es el efecto invernadero. La expulsión de gases como CO2, CFCs, CH4, están incrementando este fenómeno y haciendo peligrar muchas de las cosechas todos los años.
La gestión del agua potable (el 70% de ésta se dedica al riego) es otro de los aspectos más fundamentales a controlar por estas marcas. Es un derecho humano y uno recurso cada vez más escaso.
La sostenibilidad es una de las características más demandadas y de moda últimamente. Las empresas tienen que ofrecer políticas sostenibles medioambientalmente y tratar de buscar una mejor política con sus trabajadores.Una mayor igualdad con las mujeres en países tercermundistas es una tarea pendiente de largo recorrido todavía.
Por último, la transparencia.  Es esencial si los consumidores, los productores, los gobiernos y las comunidades quieren que las empresas se hagan responsables y rindan cuentas por las repercusiones que sus actividades tienen sobre los pequeños agricultores y sus familias; además, es necesaria transparencia para poder respaldar las declaraciones de sostenibilidad de la empresa.

Teniendo en cuenta algunos de estos aspectos, la clasificación final sería la siguiente:

 
¿Por qué es necesario que las empresas tengan en cuenta estos aspectos?

En primer lugar, toda empresa debe tener una responsabilidad con los derechos humanos. Por otro lado, la presión social creciente con estos temas y los cambios medioambientales están obligando a la industria a cambiar su manera de operar. Por último, desde el punto de vista empresarial, si haces las cosas bien y de forma responsable, y la gente percibe que es así, tu imagen mejorará y tus beneficios también. 

¿Quién más está detrás de esta cadena?
Por supuesto, los gobiernos son una parte. Su responsabilidad es garantizar el respeto a los derechos humanos de sus ciudadanos, regulando prácticas y políticas del sector privado dentro del país. También deben proteger los intereses de quienes tienen menos poder en el mercado: los ciudadanos.
Pero normalmente el interés suele ser que las grandes compañías vayan bien para así poder cobrar el impuesto pertinente: se ignoran leyes contra los monopolios y la legislación laboral también es un tema sin mucha relevancia para la gran mayoría de los gobiernos, y si no es muy favorable, se cambia. ¿Qué más da?
Por otro lado, el poder oculto de las comercializadoras, poderoso y a menudo
invisible dentro del sistema alimentario. Las principales empresas comercializadoras —Archer Daniels Midland (ADM), Bunge, Cargill y Louis Dreyfus, conjunto conocido como ABCD— dominan todas las partes del sistema: por ejemplo, controlan el 90 por ciento del comercio mundial de cereales. Comercializadoras emergentes como Olam, Sinar Mas y Wilmar también están ganando presencia mundial con rapidez.

Y por último el papel de los consumidores. ¿Estamos realmente concienciados con esta realidad? ¿Realmente estamos dispuestos a pagar un poco más, sobre todo en épocas de vacas flacas, a cambio de que la explotación vaya disminuyendo? ¿O por el contrario hacemos oídos y vista sorda y velamos por nuestros propios intereses?

¿De qué manera se puede solucionar esto?

El papel de las grandes compañías es: aumentar la transparencia, conocer sus cadenas de suministro y divulgar los impactos de sus actuaciones, compromiso por eliminar toda esclavitud y explotación y exigir a sus proveedores normas para mejorar la situación laboral de sus trabajadores. También es de vital importancia que asuman responsabilidades medioambientales y responsabilidades laborales. 

El papel de los gobiernos es garantizar los derechos de sus ciudadanos y que las empresas no violen esos derechos. Para ello es necesaria una política más ambiciosa y leyes más estrictas. Apoyar sistemas agrícolas sostenibles y colaborar con otros gobiernos para ayudarse mutuamente.También deben garantizar el acceso a los ciudadanos de un mecanismo judicial eficaz buscando siempre la justicia para todos por igual.
 
En cuanto al papel de los consumidores, que cada uno juzgue cual es el suyo.

En enlace que dije anteriormente:

Este tema podría dar para muchísimo más, y de hecho mi fuente ha sido principalmente un reportaje que se llama como esta entrada, detrás de la marca. Ahí encontraréis muchísima información. 
Espero que no os haya aburrido y próximamente hablaré de temas de más actualidad. Gracias de nuevo a todos y perdonad la espera!!
Un abrazo!!
 

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