Hola de nuevo! Mil perdones a la gente que ha buscado que yo siguiera ampliando el blog, pero la época estudantil de exámenes me ha comido todo mi tiempo. Pensaba que podría dedicarle un poco de tiempo pero he puesto prioridad a mis estudios. Estudios a los que despido hasta dentro de dos meses.
Bueno, hay muchos temas en el aire, y la verdad es que estamos en unos años con mucho jugo periodístico, pero hoy voy a hablar de un tema mucho más general, y es la inmigración.
¿QUÉ
ES LA EMIGRACIÓN?
Consiste
en abandonar el lugar de origen por otro lugar (país o región), debido a causas
sociales y económicas principalmente. Curiosamente podríamos decir que casi
toda la población es emigrante, si tenemos en cuenta que el Homo erectus
apareció en África y nos hemos ido trasladando a lo largo de la historia a los
diferentes países del mundo, estableciendo nuevas raíces en nuevos destinos.
Hoy
en día supone un problema en cuanto a la igualdad política y uno de los temas
más abiertos a debate entre la sociedad.
EMIGRACIÓN
EN ESPAÑA
La
historia de España se liga a la emigración desde el siglo XIX. Primero las
emigraciones fueron hacia América, tierra de riqueza y trabajo. El
porcentaje de españoles que habían puesto rumbo a América era el 20% del total
de la población. En el siglo XX la emigración española comienza a dirigirse
hacia países industrializados de Europa representando mano de obra barata y
poco cualificada. Sin embargo tras la guerra civil se reanuda la corriente
migratoria.
En España fue muy positiva esta
emigración porque disminuía el desempleo, se enriquecía el país con el dinero
que enviaban los emigrantes, y lo más importante: la modernización de la
sociedad española y enriquecimiento de nuestra cultura, especialmente los
emigrantes retornados de Francia, Suíza, Bélgica, Alemania...
Hoy
en día, después de pasar una época donde habían regresado gran parte de los
emigrantes y donde España se convirtió en un país de inmigración gracias a la
falsa prosperidad económica que prometían nuestras fronteras, el fenómeno de la
emigración vuelve a sombrear nuestra geografía.
Sin
embargo el tipo de migración ha cambiado radicalmente últimamente. Ahora la
gente emigrante es en su mayoría altamente cualificada, que además de no tener
trabajo, no encuentran reconocimiento ni perspectivas de futuro. En muchas ocasiones la emigración es
permanente y España no se beneficia ahora del regreso de sus habitantes en el
exterior.
En la primera emigración, el
saldo fue positivo para el país de origen, pero también para los de acogida,
que dispusieron de mano de obra cuando la necesitaron, y se deshicieron de ella
cuando ya no les hacía falta.
Con la emigración de hoy quien
gana son los países que reciben una inmigración cualificada tales como
científicos o ingenieros..
Casi 30.000 españoles emigraron a estes países en 2012, la cifra más alta desde 1973. Cuando una economía expulsa a sus
trabajadores, los primeros en hacer las maletas suelen ser los más dinámicos o
los más desesperados. Eso es así también en esta crisis, pero ahora ya no es
suficiente con estar dispuesto a marchar. Para ser bien recibido, hay que tener
algo valioso que ofrecer.
Todo el conjunto de la sociedad española ha invertido gran parte de su dinero con impuestos a formar ingenieros, médicos, arquitectos... y es esa misma economía la que no puede darles trabajo haciendo nulo todo el esfuerzo anterior.
INMIGRACIÓN EN ESPAÑA
A pesar de esto, según un informe de el British Council y el Migration Policy Group, España es el mayor receptor de inmigrantes en Europa, encabezando la lista de facilidades para la integración económica y acceso a la vida familiar. Lo más complicado, como en la mayoría de los países es la consecución de los plenos derechos que tiene un ciudadano español.Pero, ¿Qué tipo de inmigración recibe España? ¿Suple esta inmigración a la emigración cualificada que se va?
EMIGRACIÓN MUNDIAL
La División de Población de las Naciones Unidas ha calculado de forma estimada (debido a la dificultad de hacerlo de forma exacta) el número de migrantes internacionales (toda aquella persona que no vive en su país de origen o en el país donde se han formado y crecido) era de 191 millones en 2005. Esta cifra se utiliza hoy en día ya que es prácticamente imposible calcularlo.
En el pasado gracias a la libre
circulación de ciudadanos era relativamente fácil el acceso de inmigrantes en
muchos de los países de acogida. Las migraciones solían ser de larga duración o
permanentes. A medida que las políticas de inmigración de los países se han ido
haciendo más estrictas, la tasa de migración ha ido bajando. Sin embargo lo que
sí se está produciendo es una mayor diversidad en los perfiles del emigrante y
sobre todo, en países implicados en este proceso.
Antes los países por excelencia de acogida de inmigrantes eran: Estados Unidos,
Argentina, Brasil, Canadá y Australia. Ahora los países se amplían de forma
notoria. La mayor parte de ellos se agrupan en cuatro grandes sistemas
migratorios internacionales – Norteamérica, Europa occidental, la región del Golfo Pérsico y la cubeta occidental del Pacífico.
Por el lado de las áreas de origen, los
principales manantiales de la emigración internacional ya no están en Europa, sino en
Asia, América Latina y África.
POLÍTICAS DE EMIGRACIÓN
Hoy en día prácticamente todos los países tienen
una política de inmigración y restringen más o menos este flujo de personas.
Pero se pueden distinguir a grandes rasgos tres tipos de políticas:
En el primer grupo se pueden incluir países como
EEUU, Canadá, Australia o Nueva Zelanda. Son países que admiten un gran número
de inmigrantes y de forma indefinida, animándolos a la plena incorporación,
(por ejemplo en EEUU, sólo por nacer en suelo americano, ya eres uno más, por
tanto unos padres que tengan a su hijo en EEUU, estará totalmente
regularizado). Sin embargo siempre hay
fronteras con un control mucho más estricto, véase la frontera
mexicano-estadounidense, testigo de innumerables crímenes y atrocidades por
culpa de este tema.
En el segundo grupo podemos incluir países
democráticos que son reticentes a la admisión de inmigrantes, pero aún así
reconocen ciertos derechos a ciudadanos de otros países. Engloba a la mayoría
de los países europeos e incluso a Japón. Las políticas restrictivas de este
grupo se centran sobre todo en las entradas con propósitos laborales. Por este
motivo la mayoría de inmigrantes son con fines de asilo y en mayor parte, los
irregulares que son inevitables. Aún así, países como Irlanda y Reino Unido
tienen un mercado de trabajo más flexible. Quizás los países con más reticencia
a la inmigración puedan ser Holanda y Dinamarca. De todas maneras, la
emigración laboral está creciendo como vengo argumentando en todo el post.
En el último grupo están países se encuentran países
productores de petróleo del Golfo Pérsico y otros países asiáticos. Aquí la admisión
laboral es sólo temporal, y los derechos de los inmigrantes son ínfimos y
detallados en su contrato laboral. Entre estos derechos no se encuentra la
reagrupación familiar ni el asilo.
Pero, ¿cuál es más eficaz? Pues ninguna es eficaz
al 100% y depende de lo que se considere eficacia. ¿Es mejor una socidad
multicultural, donde todos tengan una oportunidad de trabajo, donde se le
ofrezca un contrato laboral a alguien que lo necesita porque en su país no lo
hay (tanto porque su país tiene un 30% de paro o tanto porque su país está
sumido en la más absoluta pobreza), y donde prevalezca el dicho de que todos
merecemos una segunda oportunidad? ¿O es mejor una sociedad que procure
progresar ella misma, donde el nivel de vida pueda ser enormemente alto, donde
todos los ciudadanos nacionales tengan trabajo suficiente, y donde la seguridad
sea un derecho no un lujo? Es un tema de mucha mucha controversia.
Aquí os dejo alguna de las políticas de
inmigración de países europeos:
Alemania (copiado de internet)
Muchos
inmigrantes trabajan de peones, porque en su día Alemania reclutó básicamente
mano de obra no cualificada. Diversos estudios revelan que las familias
inmigrantes tienen dificultades de ascenso social y progreso económico. Con
todo, en los dos últimos decenios se han logrado avances en la integración de
los inmigrantes: a saber, se han suavizado los requisitos para adquirir la
nacionalidad alemana; los contactos entre inmigrados y alemanes son más
intensos; la aceptación de la diversidad etnocultural ha ido en aumento. Y la
Ley de Inmigración de 2005 es
la primera normativa con rango de ley que regula todos los ámbitos de la
política de migración.
Entre los cambios más importantes
destaca la simplificación de los trámites administrativos reduciendo a dos los
cinco diferentes clases de permisos de residencia (el de tiempo limitado y el
de tiempo ilimitado). El permiso de trabajo y el de residencia se tramitan
ahora en un solo acto administrativo. Se convirtió además la Oficina Federal
para el Reconocimiento de Refugiados Extranjeros en la Oficina Federal para la
Inmigración y Refugiados. Basada en la iniciativa de la “Greencard” del canciller Schröder, se
introdujo en la ley la posibilidad de reclutar inmigrantes altamente cualificados
de países no-comunitarios que pueden obtener un permiso de residencia
permanente al instante y reagrupar a sus familias, que también tendrán acceso
al mercado de trabajo.
Todo reclutamiento de mano de obra nada o poco
cualificada sigue suspendida. Esta parte de la nueva ley ha provocado muchas
críticas, porque al final se desperdició la oportunidad de introducir un
sistema de puntuación. A pesar de que empresarios, sindicatos y expertos
alemanes denuncian una creciente falta de mano de obra cualificada, la
reglamentación está limitada a unos grupos profesionales específicos y el
ingreso mínimo para poder venir es de 85.000 Euros, demasiado alto. Además de
la inmigración enfocada hacia el mercado de trabajo, la nueva ley regula el
asilo político, medidas de integración y la reagrupación familiar. Al comienzo
de julio de este año se aprobó la primera reforma de la Ley de Inmigración. Es
ampliamente criticada por restringir aun más la ya restrictiva ley, pidiendo
por ejemplo previo conocimiento del alemán a cónyuges reagrupados y aumentando
su edad mínima a 18 años.
En
Canadá y en Australia se aplica el sistema de puntos, un método para repartir
puntos según ciertas categorías entre los candidatos de inmigración.
Precisamente ese sistema de puntos se ha discutido desde hace años aquí en
Alemania. La ventaja
de ese sistema es que promete una transparencia muy grande: hay criterios
claros que sirven como puntos de orientación. Según este catálogo de criterios
se reparten puntos y cada persona que tiene cierta cantidad de puntos tiene la
posibilidad de inmigrar.
La desventaja del sistema de
puntos, y en los países que tienen experiencia con ese sistema se ha constatado
justamente ese problema, es que no está relacionado al mercado de trabajo. Un
ejemplo: un filósofo habilitado que ha investigado sobre Hegel y habla francés
perfectamente lograría una puntuación muy alta en el sistema de puntos canadiense.
No obstante, puede ser que en el
mercado de trabajo canadiense tendría menos posibilidades que un carpintero de
obra que por el contrario lograría una puntuación menor, pero tendría una
posibilidad mayor de encontrar un puesto de trabajo.
SUIZA
Suiza está orgullosa de su larga
tradición humanitaria. Ha sido siempre un lugar donde han ido a parar muchos
inmigrantes pidiendo asilo político. A trueque de la concesión de asilo a los
refugiados políticos, Suiza fue recompensada por las contribuciones de esos
inmigrantes y de sus descendientes. Según datos proporcionados por la Oficina
Federal de Estadística, un tercio de la población residente en Suiza eran en el
2001 inmigrantes o descendientes de éstos. Sin embargo no siempre ha sido un
refugio, como ocurrió con los judíos en la segunda guerra mundial, así como con
los polacos y rusos que huían de los campos de concentración. Pero eso fue hace
mucho tiempo.
En los últimos años, Suiza ha acogido a refugiados que han huido de diversos conflictos en diferentes partes del mundo. En el 2004, el grupo étnico más grande de solicitantes de asilo era de Serbia y Montenegro.
En proporción a su población, Suiza es el país en la Europa occidental que más solicitudes de asilo tramita. El acuerdo sobre la libre circulación de personas entre la Confederación y la Unión Europea ha impulsado la inmigración de ciudadanos comunitarios a Suiza.
Este flujo aumentó en 2004 cuando fue derogada la ley que daba privilegios a los suizos para encontrar trabajo frente a los extranjeros.
En los últimos años, Suiza ha acogido a refugiados que han huido de diversos conflictos en diferentes partes del mundo. En el 2004, el grupo étnico más grande de solicitantes de asilo era de Serbia y Montenegro.
En proporción a su población, Suiza es el país en la Europa occidental que más solicitudes de asilo tramita. El acuerdo sobre la libre circulación de personas entre la Confederación y la Unión Europea ha impulsado la inmigración de ciudadanos comunitarios a Suiza.
Este flujo aumentó en 2004 cuando fue derogada la ley que daba privilegios a los suizos para encontrar trabajo frente a los extranjeros.
Los trabajadores transfronterizos
forman una categoría importante entre los trabajadores extranjeros. Tienen que
vivir en determinadas zonas fronterizas de un país colindante y pueden trabajar
en Suiza en algunas zonas cercanas de las fronteras nacionales.
Las condiciones del permiso de residencia les obligan a volver a su país de residencia por lo menos una vez por semana. Hasta la introducción de la nueva legislación de libre circulación en junio de 2002, tenían que volver todos los días después del trabajo.
Sin embargo ahora la política ha cambiado. Hace casi dos meses se ha aprobado un referéndum (si, allí cualquier modificación en las leyes o cualquier cambio lo someten a referéndum, eso es democracia no?) para tratar de “salvaguardar” el bienestar de los suizos con respecto a la inmigración. La medida más destacada es la activación de la cláusula de salvaguarda, en donde se han restringido los permisos de larga duración de los trabajadores de la Unión Europea. Esto ha sido consecuencia de un colapso en el país, ya que la situación de estar en un tren a tope, agobiados, apretados, propio de países como España, allí es toda una novedad, y una novedad muy desagradable. El pulmón del país se satura y su tamaño es muy limitado. Decía un ciudadano “Ahora ya no podemos dejar la puerta de casa abierta”, ya que la seguridad es otro de los temas que preocupan a los suizos, sin hablar del mayor de los asuntos, el mercado laboral
Las condiciones del permiso de residencia les obligan a volver a su país de residencia por lo menos una vez por semana. Hasta la introducción de la nueva legislación de libre circulación en junio de 2002, tenían que volver todos los días después del trabajo.
Sin embargo ahora la política ha cambiado. Hace casi dos meses se ha aprobado un referéndum (si, allí cualquier modificación en las leyes o cualquier cambio lo someten a referéndum, eso es democracia no?) para tratar de “salvaguardar” el bienestar de los suizos con respecto a la inmigración. La medida más destacada es la activación de la cláusula de salvaguarda, en donde se han restringido los permisos de larga duración de los trabajadores de la Unión Europea. Esto ha sido consecuencia de un colapso en el país, ya que la situación de estar en un tren a tope, agobiados, apretados, propio de países como España, allí es toda una novedad, y una novedad muy desagradable. El pulmón del país se satura y su tamaño es muy limitado. Decía un ciudadano “Ahora ya no podemos dejar la puerta de casa abierta”, ya que la seguridad es otro de los temas que preocupan a los suizos, sin hablar del mayor de los asuntos, el mercado laboral
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TARJETA
AZUL
En
la Unión Europea se ha creado la tarjeta azul. Está regulada por la Directiva 2009/50/CE del Consejo, de 25 de mayo de 2009, relativa a las
condiciones de entrada y residencia de nacionales de terceros países para fines
de empleo altamente cualificado. Se trata de una autorización de
residencia y trabajo que habilita a los extranjeros titulares de una Tarjeta
Azul-UE expedida en un Estado Miembro a ejercer un empleo altamente cualificado en otro Estado de la Unión
Europea.
CONSECUENCIAS
Una de las consecuencias más trágicas es la que
se vive en los límites de los países, gente tratando de llegar a la tierra
salvadora o gente tratando de saltar la frontera prohibida. Otra consecuencia
es toda la industria desarrollada que gana dinero con la migración clandestina.
La consecuencia más visible y que más molesta a los ciudadanos es el colapso de
la administración con las demandas de asilo, el colapso en el mercado laboral y
el colapso en las propias calles (cuando se trata de inmigración).
Pero otra gran consecuencia es la heterogeneidad
en las poblaciones mundiales, una multiculturalidad y una evolución de las
razas, que han dejado de ser puras para convertirse en plurales, dando lugar a
conflictos de cohesión social.
Después dependen las consecuencias de si eres
país receptor (el colapso del que hablaba, pero también el beneficio de recibir
personas cualificadas) o país emisor (vacío dejado por los emigrantes).
Sin enrollarme más, que el post es
suficientemente largo. ¿Es buena o mala la inmigración/emigración? Pues como
siempre digo, depende. Para mi opinión España ha tenido unas leyes demasiado
flexibles y el control sobre la inmigración ha dejado mucho que desear. Sin
embargo yo no cerraría todas las barreras en un país, ya que siempre puede ser
positivo la entrada de gente si se regulariza y se canaliza de forma adecuada.
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