sábado, 13 de julio de 2013

Un mundo lleno de barreras

Hola de nuevo! Mil perdones a la gente que ha buscado que yo siguiera ampliando el blog, pero la época estudantil de exámenes me ha comido todo mi tiempo. Pensaba que podría dedicarle un poco de tiempo pero he puesto prioridad a mis estudios. Estudios a los que despido hasta dentro de dos meses. 
Bueno, hay muchos temas en el aire, y la verdad es que estamos en unos años con mucho jugo periodístico, pero hoy voy a hablar de un tema mucho más general, y es la inmigración. 

¿QUÉ ES LA EMIGRACIÓN?

Consiste en abandonar el lugar de origen por otro lugar (país o región), debido a causas sociales y económicas principalmente. Curiosamente podríamos decir que casi toda la población es emigrante, si tenemos en cuenta que el Homo erectus apareció en África y nos hemos ido trasladando a lo largo de la historia a los diferentes países del mundo, estableciendo nuevas raíces en nuevos destinos.
Hoy en día supone un problema en cuanto a la igualdad política y uno de los temas más abiertos a debate entre la sociedad. 

EMIGRACIÓN EN ESPAÑA

La historia de España se liga a la emigración desde el siglo XIX. Primero las emigraciones fueron hacia América, tierra de riqueza y trabajo. El porcentaje de españoles que habían puesto rumbo a América era el 20% del total de la población. En el siglo XX la emigración española comienza a dirigirse hacia países industrializados de Europa representando mano de obra barata y poco cualificada. Sin embargo tras la guerra civil se reanuda la corriente migratoria.
En España fue muy positiva esta emigración porque disminuía el desempleo, se enriquecía el país con el dinero que enviaban los emigrantes, y lo más importante: la modernización de la sociedad española y enriquecimiento de nuestra cultura, especialmente los emigrantes retornados de Francia, Suíza, Bélgica, Alemania...
Hoy en día, después de pasar una época donde habían regresado gran parte de los emigrantes y donde España se convirtió en un país de inmigración gracias a la falsa prosperidad económica que prometían nuestras fronteras, el fenómeno de la emigración vuelve a sombrear nuestra geografía. 

Sin embargo el tipo de migración ha cambiado radicalmente últimamente. Ahora la gente emigrante es en su mayoría altamente cualificada, que además de no tener trabajo, no encuentran reconocimiento ni perspectivas de futuro.  En muchas ocasiones la emigración es permanente y España no se beneficia ahora del regreso de sus habitantes en el exterior.
En la primera emigración, el saldo fue positivo para el país de origen, pero también para los de acogida, que dispusieron de mano de obra cuando la necesitaron, y se deshicieron de ella cuando ya no les hacía falta.
Con la emigración de hoy quien gana son los países que reciben una inmigración cualificada tales como científicos o ingenieros..
Casi 30.000 españoles emigraron a estes países en 2012, la cifra más alta desde 1973. Cuando una economía expulsa a sus trabajadores, los primeros en hacer las maletas suelen ser los más dinámicos o los más desesperados. Eso es así también en esta crisis, pero ahora ya no es suficiente con estar dispuesto a marchar. Para ser bien recibido, hay que tener algo valioso que ofrecer.

Todo el conjunto de la sociedad española ha invertido gran parte de su dinero con impuestos a formar ingenieros, médicos, arquitectos... y es esa misma economía la que no puede darles trabajo haciendo nulo todo el esfuerzo anterior.

INMIGRACIÓN EN ESPAÑA

A pesar de esto, según un informe de el British Council y el Migration Policy Group, España es el mayor receptor de inmigrantes en Europa, encabezando la lista de facilidades para la integración económica y acceso a la vida familiar. Lo más complicado, como en la mayoría de los países es la consecución de los plenos derechos que tiene un ciudadano español.Pero, ¿Qué tipo de inmigración recibe España? ¿Suple esta inmigración a la emigración cualificada que se va?


EMIGRACIÓN MUNDIAL

La División de Población de las Naciones Unidas ha calculado de forma estimada (debido a la dificultad de hacerlo de forma exacta) el número de migrantes internacionales (toda aquella persona que no vive en su país de origen o en el país donde se han formado y crecido) era de 191 millones en 2005. Esta cifra se utiliza hoy en día ya que es prácticamente imposible calcularlo.
En el pasado gracias a la libre circulación de ciudadanos era relativamente fácil el acceso de inmigrantes en muchos de los países de acogida. Las migraciones solían ser de larga duración o permanentes. A medida que las políticas de inmigración de los países se han ido haciendo más estrictas, la tasa de migración ha ido bajando. Sin embargo lo que sí se está produciendo es una mayor diversidad en los perfiles del emigrante y sobre todo, en países implicados en este proceso.

Antes los países por excelencia de acogida de inmigrantes eran: Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá y Australia. Ahora los países se amplían de forma notoria. La mayor parte de ellos se agrupan en cuatro grandes sistemas migratorios internacionales – Norteamérica, Europa occidental, la región del Golfo Pérsico y la cubeta occidental del Pacífico.
Por el lado de las áreas de origen, los principales manantiales de la emigración internacional ya no están en Europa, sino en Asia, América Latina y África.


POLÍTICAS DE EMIGRACIÓN

Hoy en día prácticamente todos los países tienen una política de inmigración y restringen más o menos este flujo de personas. Pero se pueden distinguir a grandes rasgos tres tipos de políticas:

En el primer grupo se pueden incluir países como EEUU, Canadá, Australia o Nueva Zelanda. Son países que admiten un gran número de inmigrantes y de forma indefinida, animándolos a la plena incorporación, (por ejemplo en EEUU, sólo por nacer en suelo americano, ya eres uno más, por tanto unos padres que tengan a su hijo en EEUU, estará totalmente regularizado).  Sin embargo siempre hay fronteras con un control mucho más estricto, véase la frontera mexicano-estadounidense, testigo de innumerables crímenes y atrocidades por culpa de este tema. 

En el segundo grupo podemos incluir países democráticos que son reticentes a la admisión de inmigrantes, pero aún así reconocen ciertos derechos a ciudadanos de otros países. Engloba a la mayoría de los países europeos e incluso a Japón. Las políticas restrictivas de este grupo se centran sobre todo en las entradas con propósitos laborales. Por este motivo la mayoría de inmigrantes son con fines de asilo y en mayor parte, los irregulares que son inevitables. Aún así, países como Irlanda y Reino Unido tienen un mercado de trabajo más flexible. Quizás los países con más reticencia a la inmigración puedan ser Holanda y Dinamarca. De todas maneras, la emigración laboral está creciendo como vengo argumentando en todo el post.

En el último grupo están países se encuentran países productores de petróleo del Golfo Pérsico y otros países asiáticos. Aquí la admisión laboral es sólo temporal, y los derechos de los inmigrantes son ínfimos y detallados en su contrato laboral. Entre estos derechos no se encuentra la reagrupación familiar ni el asilo. 

Pero, ¿cuál es más eficaz? Pues ninguna es eficaz al 100% y depende de lo que se considere eficacia. ¿Es mejor una socidad multicultural, donde todos tengan una oportunidad de trabajo, donde se le ofrezca un contrato laboral a alguien que lo necesita porque en su país no lo hay (tanto porque su país tiene un 30% de paro o tanto porque su país está sumido en la más absoluta pobreza), y donde prevalezca el dicho de que todos merecemos una segunda oportunidad? ¿O es mejor una sociedad que procure progresar ella misma, donde el nivel de vida pueda ser enormemente alto, donde todos los ciudadanos nacionales tengan trabajo suficiente, y donde la seguridad sea un derecho no un lujo? Es un tema de mucha mucha controversia. 

Aquí os dejo alguna de las políticas de inmigración de países europeos:

Alemania (copiado de internet)
Muchos inmigrantes trabajan de peones, porque en su día Alemania reclutó básicamente mano de obra no cualificada. Diversos estudios revelan que las familias inmigrantes tienen dificultades de ascenso social y progreso económico. Con todo, en los dos últimos decenios se han logrado avances en la integración de los inmigrantes: a saber, se han suavizado los requisitos para adquirir la nacionalidad alemana; los contactos entre inmigrados y alemanes son más intensos; la aceptación de la diversidad etnocultural ha ido en aumento. Y la Ley de Inmigración de 2005 es la primera normativa con rango de ley que regula todos los ámbitos de la política de migración.

Entre los cambios más importantes destaca la simplificación de los trámites administrativos reduciendo a dos los cinco diferentes clases de permisos de residencia (el de tiempo limitado y el de tiempo ilimitado). El permiso de trabajo y el de residencia se tramitan ahora en un solo acto administrativo. Se convirtió además la Oficina Federal para el Reconocimiento de Refugiados Extranjeros en la Oficina Federal para la Inmigración y Refugiados. Basada en la iniciativa de la “Greencard” del canciller Schröder, se introdujo en la ley la posibilidad de reclutar inmigrantes altamente cualificados de países no-comunitarios que pueden obtener un permiso de residencia permanente al instante y reagrupar a sus familias, que también tendrán acceso al mercado de trabajo.  
Todo reclutamiento de mano de obra nada o poco cualificada sigue suspendida. Esta parte de la nueva ley ha provocado muchas críticas, porque al final se desperdició la oportunidad de introducir un sistema de puntuación. A pesar de que empresarios, sindicatos y expertos alemanes denuncian una creciente falta de mano de obra cualificada, la reglamentación está limitada a unos grupos profesionales específicos y el ingreso mínimo para poder venir es de 85.000 Euros, demasiado alto. Además de la inmigración enfocada hacia el mercado de trabajo, la nueva ley regula el asilo político, medidas de integración y la reagrupación familiar. Al comienzo de julio de este año se aprobó la primera reforma de la Ley de Inmigración. Es ampliamente criticada por restringir aun más la ya restrictiva ley, pidiendo por ejemplo previo conocimiento del alemán a cónyuges reagrupados y aumentando su edad mínima a 18 años.
En Canadá y en Australia se aplica el sistema de puntos, un método para repartir puntos según ciertas categorías entre los candidatos de inmigración. Precisamente ese sistema de puntos se ha discutido desde hace años aquí en Alemania. La ventaja de ese sistema es que promete una transparencia muy grande: hay criterios claros que sirven como puntos de orientación. Según este catálogo de criterios se reparten puntos y cada persona que tiene cierta cantidad de puntos tiene la posibilidad de inmigrar.
La desventaja del sistema de puntos, y en los países que tienen experiencia con ese sistema se ha constatado justamente ese problema, es que no está relacionado al mercado de trabajo. Un ejemplo: un filósofo habilitado que ha investigado sobre Hegel y habla francés perfectamente lograría una puntuación muy alta en el sistema de puntos canadiense.
No obstante, puede ser que en el mercado de trabajo canadiense tendría menos posibilidades que un carpintero de obra que por el contrario lograría una puntuación menor, pero tendría una posibilidad mayor de encontrar un puesto de trabajo. 

SUIZA
Suiza está orgullosa de su larga tradición humanitaria. Ha sido siempre un lugar donde han ido a parar muchos inmigrantes pidiendo asilo político. A trueque de la concesión de asilo a los refugiados políticos, Suiza fue recompensada por las contribuciones de esos inmigrantes y de sus descendientes. Según datos proporcionados por la Oficina Federal de Estadística, un tercio de la población residente en Suiza eran en el 2001 inmigrantes o descendientes de éstos. Sin embargo no siempre ha sido un refugio, como ocurrió con los judíos en la segunda guerra mundial, así como con los polacos y rusos que huían de los campos de concentración. Pero eso fue hace mucho tiempo.
En los últimos años, Suiza ha acogido a refugiados que han huido de diversos conflictos en diferentes partes del mundo. En el 2004, el grupo étnico más grande de solicitantes de asilo era de Serbia y Montenegro.
En proporción a su población, Suiza es el país en la Europa occidental que más solicitudes de asilo tramita. El acuerdo sobre la libre circulación de personas entre la Confederación y la Unión Europea ha impulsado la inmigración de ciudadanos comunitarios a Suiza.
Este flujo aumentó en 2004 cuando fue derogada la ley que daba privilegios a los suizos para encontrar trabajo frente a los extranjeros.
Los trabajadores transfronterizos forman una categoría importante entre los trabajadores extranjeros. Tienen que vivir en determinadas zonas fronterizas de un país colindante y pueden trabajar en Suiza en algunas zonas cercanas de las fronteras nacionales.

Las condiciones del permiso de residencia les obligan a volver a su país de residencia por lo menos una vez por semana. Hasta la introducción de la nueva legislación de libre circulación en junio de 2002, tenían que volver todos los días después del trabajo.

Sin embargo ahora la política ha cambiado. Hace casi dos meses se ha aprobado un referéndum (si, allí cualquier modificación en las leyes o cualquier cambio lo someten a referéndum, eso es democracia no?) para tratar de “salvaguardar” el bienestar de los suizos con respecto a la inmigración. La medida más destacada es la activación de la cláusula de salvaguarda, en donde se han restringido los permisos de larga duración de los trabajadores de la Unión Europea. Esto ha sido consecuencia de un colapso en el país, ya que la situación de estar en un tren a tope, agobiados, apretados, propio de países como España, allí es toda una novedad, y una novedad muy desagradable. El pulmón del país se satura y su tamaño es muy limitado. Decía un ciudadano “Ahora ya no podemos dejar la puerta de casa abierta”, ya que la seguridad es otro de los temas que preocupan a los suizos, sin hablar del mayor de los asuntos, el mercado laboral
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TARJETA AZUL

En la Unión Europea se ha creado la tarjeta azul. Está regulada por la Directiva 2009/50/CE del Consejo, de 25 de mayo de 2009, relativa a las condiciones de entrada y residencia de nacionales de terceros países para fines de empleo altamente cualificado.  Se trata de una autorización de residencia y trabajo que habilita a los extranjeros titulares de una Tarjeta Azul-UE expedida en un Estado Miembro a ejercer un empleo altamente cualificado en otro Estado de la Unión Europea.

CONSECUENCIAS

Una de las consecuencias más trágicas es la que se vive en los límites de los países, gente tratando de llegar a la tierra salvadora o gente tratando de saltar la frontera prohibida. Otra consecuencia es toda la industria desarrollada que gana dinero con la migración clandestina. La consecuencia más visible y que más molesta a los ciudadanos es el colapso de la administración con las demandas de asilo, el colapso en el mercado laboral y el colapso en las propias calles (cuando se trata de inmigración).
Pero otra gran consecuencia es la heterogeneidad en las poblaciones mundiales, una multiculturalidad y una evolución de las razas, que han dejado de ser puras para convertirse en plurales, dando lugar a conflictos de cohesión social.  
Después dependen las consecuencias de si eres país receptor (el colapso del que hablaba, pero también el beneficio de recibir personas cualificadas) o país emisor (vacío dejado por los emigrantes).
Sin enrollarme más, que el post es suficientemente largo. ¿Es buena o mala la inmigración/emigración? Pues como siempre digo, depende. Para mi opinión España ha tenido unas leyes demasiado flexibles y el control sobre la inmigración ha dejado mucho que desear. Sin embargo yo no cerraría todas las barreras en un país, ya que siempre puede ser positivo la entrada de gente si se regulariza y se canaliza de forma adecuada.








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